CAMPESINOS DEL SIGLO XXI
Cuenta una vieja leyenda, de una aldea donde habitaban
unos campesinos gobernados por un rey que vivía en un fascinante castillo a solo
100 metros de sus tierras.
Un buen día el rey despertó y al asomar-se a su
amplió balcón, contemplo a un campesino que desde bien temprano labraba sus
tierras. El rey decidió invitar al campesino a su palacio i que por un día
disfrutase de una exquisita comida
Una vez llego el campesino al palacio, la única
condición que le propuso el rey fue realizar una pequeña prueba, debería de ir
con una cuchara en la boca llena de aceite y dar una vuelta al Palacio.
Así fue el campesino llego de nuevo al rey y le
entrego la cuchara intacta sin derramar una sola gota de aceite; ¿que te han
parecido los lienzos que hay en los pasillos? –Pregunto el rey, acomplejado, no
he podido mirar-los estaba pendiente de la cuchara señor
El rey ordeno que lo repitiera pero que estuviese
atento a los lienzos.
Al regresar de nuevo acomplejado le mostro la
cuchara vacía, el rey asombrado le pregunto por los lienzos, ¡Preciosos!
–exclamo el campesino, ¿y el aceite? Estaba demasiado pendiente en los pasillos
que me olvide de la cuchara señor
Hijo mío, en la vida como en esta sencilla prueba,
se trata de ir pendiente de tu camino pero sin dejar de mirar el paisaje, todo
aquello que olvides ver nunca volverá a ti
Sabemos que nosotros somos los campesinos de unas
grandes aldeas, donde habitan en el palacio los afortunados i en nuestras
tierras el mayor afortunado es quien trabaja en ellas
Es difícil superar nuestro día a día, ¿culpables?
Los hay a miles, pero no es momento de juzgar, es en este instante cuando
debemos superarnos a nosotros mismos para poder seguir hacia delante
Es pensando en la muerte cuando me siento vivo, cuando
me marche no tendré opción a la lucha, a seguir mis esfuerzos a buscar
motivación, de seguro que el momento es ahora, esta bien que no es un presente
deseado pero es nuestro presente.
Luchemos con la mayor arma que pose el ser humano.
Querido lector sabes también como yo que la bala que carga este arma son
nuestros pensamientos, que nuestra voz será el arma cargada y nuestro campo de
batalla nuestros sueños.
Querido luchador, luche por ellos o ríndanse ante
los pies de esta vida!
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